Presentación

La gravedad de la crisis política que atravesamos nos conduce a un modelo de democracia exclusivamente representativa de los intereses de un núcleo muy pequeño de población (el 1%) que posee el capital financiero. Esta modelo de democracia al que nos conducen es gestionada por un envoltorio de partidos y organizaciones que, acomodándose en todas las instituciones y ámbitos del estado, toma las decisiones en función de los intereses de ese 1% de la población y con el único objetivo de seguir manteniéndose en el poder.
El conglomerado de partidos y organizaciones está formado por la mayor parte de los partidos políticos más una burocracia mantenida en las organizaciones empresariales y sindicales.
En estos momentos se hace necesario avanzar hacia un modelo de Democracia Económica, Participativa y Social, que represente los intereses de la mayoría de la población. Que represente los intereses del 99% frente la los del 1% restante que actualmente está tomando las decisiones en su único beneficio. Hacen falta nuevos cauces de participación de los ciudadanos en la toma de decisiones relevantes para los intereses de la mayoría.
Avanzar hacia este objetivo, requerirá mejorar la coordinación de todos los movimientos sociales que reivindican una mayor representación y un protagonismo más directo en la defensa de sus intereses.
Organizar una Plataforma Electoral que pueda representar los intereses de la mayoría de la población es un objetivo inmediato y urgente.
Este blog, aunque gestionado de forma individual por Miguel Toro, aportará las ideas de núcleo de personas que están trabajando en esta dirección.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Necesitamos una organización democrática y eficaz

Una organización como Podemos se estructura en círculos que agrupan a personas a nivel de barrios o ciudades. Dicho esto, hace falta, además, una estructura organizativa adicional para ser operativos. La primera necesidad es constituir un censo de las personas que pertenecen a cada círculo. La segunda es elegir en cada círculo o grupos de círculos (barrio, ciudad, provincia, comunidad autónoma, estado) unos comités o comisiones que se responsabilicen de proponer iniciativas, de convocar las reuniones de los círculos, de ser la imagen ante el exterior… La tercera es establecer un mecanismo claro de toma de decisiones. La cuarta es buscar los candidatos a los ayuntamientos, parlamentos autonómicos y a nivel estatal.

A algunas de las necesidades se les ha dado solución a otras no.

En las negociaciones entre grupos previas a las elecciones europeas hemos tenido experiencias que hemos de tener en cuenta. Esa experiencia ha demostrado que hacen falta personas que tomen iniciativas, que arriesguen aunque luego se equivoquen, que piensen en la sociedad que nos rodea y en sus demandas más que en sus pequeños intereses particulares.

La primera cuestión es la necesidad de personas responsables en cada nivel geográfico: barrio, ciudad, provincia, comunidad autónoma, estado. Hay que elegir unos responsables a cada nivel. Unos responsables que quieran serlo y que compitan para serlo a cada nivel. Lo principal es que quieran serlo y se ganen la confianza para serlo durante el tiempo establecido. Unas personas que serán las caras, la imagen pública de la opción política que estamos construyendo. Una opción política sin personas conocidas públicamente por su ejemplaridad profesional, por su dedicación a las cosas públicas, por su honestidad, es una opción política con poco futuro.

 

Son necesarios comités en cada círculo y en cada nivel territorial

 

Hay que elegir comités o comisiones, con personas responsables que quieran ser y sean elegidos para ser la imagen de la opción política, a cada nivel geográfico. En los primeros momentos, ahora,  hay que dotarse de mecanismos para elegir esos comités de los diferentes niveles (barrio, ciudad, provincia, comunidad autónoma, estado)  e ir a un congreso estatal, posiblemente otro autonómico, cuyo objetivo debería ser concretar el programa electoral y fijar la estructura de la organización. En concreto los mecanismos para elegir los comités de los distintos niveles y el reglamento de funcionamiento.

Es los comités son necesarias personas que tomen decisiones, se hagan responsables de ellas, tengan iniciativas antes las circunstancias cambiantes y a las que hay que dar el margen necesario de confianza para coordinarse con los miembros del resto de comités. Personas que formen parte de los comités necesarios para que una organización funcione.

Una cuestión importante es que los miembros de los comités de cada nivel, tienen que querer estar, tienen que competir por estar con otras opciones dentro de los círculos correspondientes o dentro de las agrupaciones de círculos de un área geográfica. Elegir un los cargos de un comité de manera rotatoria o con cargos elegidos por sorteo es una forma de hacer inoperante una organización. 

La elección a los comités de los distintos niveles debería hacerse entre las distintos grupos de personas que se presenten. Cada grupo de personas, que pretenda ser elegido para un comité, debería presentar un plan de actuación, unas prioridades sobre las que trabajar.

Evidentemente, con mayor énfasis que a los representantes en el Parlamento, a los miembros de los diversos comités hay que exigirle transparencia y responsabilidad por las acciones que toman y la posibilidad de ser revocados si no actúan con transparencia y responsabilidad.

 

La toma de decisiones

 

Los mecanismos de toma de decisiones son claves. Para poder tomar decisiones hay que, previamente, preparar alternativas sobre las que escoger. Decisiones importantes son el programa electoral, la elección de los miembros de los comités, la elección de los candidatos a ayuntamientos y parlamentos, y otros temas que se puedan considerar relevantes.

La iniciativa para proponer un tema a debate y posteriormente decidir sobre él debe surgir de los comités. Se deben proporcionar alternativas, a ser posible más de una, maduras, pensadas y argumentadas. Estas alternativas deben votar por los miembros de los círculos, una persona un voto, o por toda la población según los temas. Hay dos tipos entonces: cerradas dónde sólo votan los integrantes del censo de los círculos o abiertas dónde puede votar todas las personas que manifiesten previamente su interés. Hay que establecer con claridad que temas se deciden por mecanismos cerrados y cuales se deciden por mecanismos abiertos.

Hay que diseñar mecanismos de votación claros, usando las tecnologías disponibles. Los mecanismos de votación en asambleas presenciales son insuficientes y en muchos casos no representativos del colectivo que no va o no quiere ir a las asambleas. Hay que perfeccionar poco a poco los mecanismos de toma de decisiones.

Hay que huir de propuestas que surgen por consenso sin madurar, sin debatir, sin opciones alternativas. Es preferible que cuando en un comité, en una comisión, en un grupo de trabajo haya opciones diferentes se presenten ambas, con sus argumentaciones propias, a todo el colectivo. Es conveniente, además, que cada opción, surja de donde surja, sean defendidas por personas con nombre y apellidos. Sólo las opciones votadas irán firmadas por un círculo o agrupación del nivel geográfico que se trate. Los nombres de las personas, aportan a una idea o a una alternativa, matices muy importantes a la hora de ser apoyada por unos u otros.

 

Los representantes en parlamentos y ayuntamientos

 

Como hemos dicho antes la clase política española en el poder no está a la altura de las circunstancias. La corrupción en los políticos es demasiado alta y los partidos no reaccionan. La falta de iniciativa frente a la corrupción y la economía sumergida es total. La reacción ante las imposiciones de Bruselas inexistente.

Pero la solución a esos problemas no es eliminar a los políticos. No es reducir el número de parlamentarios. La solución es buscar otro tipo de políticos. Eso se conseguirá estableciendo mecanismos que favorezcan la elección de otro tipo de políticos.

Los cargos políticos tienen que rotar. Un político no puede estar toda la vida cobrando de su actividad como representante público: como concejal, alcalde, diputado, parlamentario, senador,… El tiempo global cobrando como cargo público en sus diversas variantes debe estar limitado.

Necesitamos representantes en las instituciones que sólo pretendan estar de forma transitoria en la vida pública. Que asuman la transparencia como un preciado bien. Que defienda lo público a todos los niveles. En primer lugar dando cuenta de sus propiedades e ingresos y los de sus familiares cercanos. En segundo lugar de los gastos en asesores, dietas… Y en tercer lugar, y lo más importante, la transparencia en las decisiones que toman. Por ejemplo los acuerdos que implican contrataciones públicas, reconversiones de terrenos,…

En definitiva hay que crear los mecanismos para que entren otro tipo de políticos. Esta tarea no es fácil. Es de las más complejas con las que nos tenemos que enfrentar. Una medida de la calidad democrática será la madurez de este tipo de mecanismos.

Por una parte se necesitan mecanismos de control de la elección de los candidatos y de seguimiento de sus decisiones. Por otra es necesario aplaudir las decisiones tomadas en beneficio de la mayoría y agradecer públicamente la dedicación a lo público por aquellos representantes que lo merezcan. Necesitamos políticos en todas las instituciones, personas generosas que quieren dedicar su tiempo a la gestión de lo público, a defender los intereses de la mayoría más desfavorecida. No es tarea fácil y por eso tenemos que reconocérselo a los que lo merezcan.

Parece claro que deben usarse primarias abiertas a los ciudadanos interesados para conformar listas electorales. Podemos ha dado un paso importante en esta dirección.

Pero eso no es suficiente. Son necesarios compromisos de dimisión de los cargos elegidos y mecanismos para hacerlos dimitir si no cumplen con el programa que prometieron a sus electores. Aquí hay que reformar algunas leyes para que esto sea posible y hay que aclarar cuál es el mecanismo de revocación.

 

En cuanto a las retribuciones a los cargos públicos debe regirse por el principio de transparencia. Tiene que quedar claro sus percepciones y los conceptos por los que se percibe. Tienen que quedar claras las percepciones de los equipos de trabajo que necesiten y por qué los necesitan. Como principio general cualquier candidato a cargo público debería percibir una cantidad similar a la que percibía en su trabajo previo a optar al cargo. Terminado el tiempo como representante público debería acumular unos beneficios similares a los que hubiera acumulado en su trabajo previo y poder volver a él.